Itinerario N° 3 - Discípulos misioneros


ÍNDICE

PRIMERA ETAPA: Dios vive con nosotros.

1.      Nos preparamos para la comunión con Jesús 
2.      Una comunidad de amor
3.      La Palabra de Dios anuncia la comunión
4.      Jesús, yo creo en ti
5.      La alegría de creer (celebración de la fe)
6.      Señales de vida y comunión
7.      Hemos nacido para amar
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SEGUNDA ETAPA: Dios nos perdona siempre.
8.      Quiero cambiar
9.      Reconciliación: encuentro de amor
10. El perdón: abrazo amoroso de Cristo
11.  Es Cristo quien me perdona
12.  Quiero confesarme
13.  La alegría del perdón (celebración de la Primera Confesión
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TERCERA ETAPA: Eucaristía, milagro de amor
14.  Eucaristía: fiesta de comunión
15.  Sacramento del amor
16.  Cena de comunión
17.  Sacrificio pascual
18.  Sin el domingo no podemos vivir
19.  Comulgar es compartir
20.  Mujer eucarística
21.  Discípulos misioneros
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ENCUENTROS CON LOS PADRES DE FAMILIA

primer encuentro: «Vivamos la corresponsabilidad eclesial»     
segundo encuentro: «Esta es nuestra fe, es la fe de la Iglesia»
tercer encuentro: «Reconciliación encuentro de amor»
cuarto encuentro: «Hemos nacido para amar»
QUINTO ENCUENTRO: «Eucaristía, fiesta de comunión»
SEXTO ENCUENTRO: “Sin el domingo no podemos vivir”
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GUÍA DE CELEBRACIÓN PARA LA EUCARISTÍA
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PRESENTACIÓN


Jesús, luego de su resurrección y de su ascensión AL CIELO reunió a los apóstoles y les encomendó: “Id y haced discípulos de todas las gentes… enseñándoles a guardar todo lo que yo os he enseñado”. (Mt,26-26).

El presente texto evangélico que quiere ser el inspirador de la vida y la misión de nuestra Iglesia Particular, sitúa perfectamente el ser y la misión del catequista en el contexto de la misión de Cristo recibida del Padre y de la misión de la Iglesia.

El catequista es siempre, y a la vez, discípulo de Cristo y formador de discípulos.  Desarrolla un encargo de primer orden en la Iglesia.  La grandeza de su misión y su responsabilidad están precisamente en la colaboración en la formación de los discípulos del Señor.  Es un colaborador en la tarea que la Iglesia, que, en cabeza de los Apóstoles y sus sucesores, recibió la orden del Maestro: hacer discípulos.


El servicio del catequista adquiere hoy una importancia decisiva por cuanto ya los niños y jóvenes no alcanzan a recibir de la familia la formación básica de la fe y la vida cristiana.  En sus manos, se puede afirmar, se está jugando el futuro de la fe y de la Iglesia.  El catequista coopera de manera valiosa en la realización del encuentro del niño o del joven con Cristo vivo, punto de partida de una vida creyente caracterizada por el discipulado auténtico. 

El acompañamiento a los jóvenes y niños es cercanía de Cristo y de la Iglesia.  De esta manera, la  Esto hace pensar en las cualidades y la preparación pedagógica tan necesaria a la hora de la formación de la fe de las jóvenes generaciones.
preparación humana, cristiana y misionera es el medio por el cual el Señor quiere llegar a cada uno.

Lo anterior supone y exige algo previo: la condición del catequista como discípulo de Cristo y como miembro vivo de la Iglesia.  El catequista antes de ser formador de discípulos misioneros, es él mismo, discípulo y misionero.  En el Evangelio el testigo y el apóstol lo son como consecuencia del encuentro personal con Cristo y de su pertenencia de Iglesia, la gran familia de los discípulos de Cristo.  Lo cual pide una preocupación permanente de cada catequista para crecer en la docilidad al Espíritu Santo mediante la oración y el serio empeño por dejarse guiar por la Palabra divina y la   Este aspecto no se puede olvidar nunca.  El crecer en la fe y el amor al Señor ha de ser una atención prioritaria del catequista, al mismo tiempo que una preocupación para atender a lo largo de la vida.
enseñanza de la Iglesia, Madre y Maestra.

La presente guía que con gran alegría presentamos quiere ser un instrumento para el desempeño de este gran servicio de la catequesis.  Es el fruto del trabajo y la conciencia eclesial que ha animado al Instituto Catequístico de Zipaquirá lo largo de tantos años y que lo mantienen en constante atención para adecuar esta tarea evangelizadora a los nuevos tiempos y situaciones.  La nueva guía es el punto de llegada de una cuidadosa revisión de lo anterior, y quiere ser una ayuda para que el catequista desarrolle su encargo profético de la manera más eficaz en medio de los niños y jóvenes, futuro de nuestra Iglesia.

La preparación al sacramento de la confesión y al de la primera eucaristía no es otra cosa sino el acompañamiento misionero de amor a los niños y jóvenes para que en estas fuentes de gracia lleguen a encontrarse de manera viva con el Señor, y acoger la fe, el amor, la misericordia y la vida nueva ofrecida por el Señor muerto y resucitado en la Comunidad de los discípulos que es la Iglesia.

Quiera el Señor con su gracia hacer de esta guía un medio en manos de los catequistas que haga posible la comunicación de la luz, el amor y la vida.


                                                           + HÉCTOR CUBILLOS PEÑA
                                                                       Obispo de Zipaquirá


NOTAS IMPORTANTES

Quiero catequizar

Antes de iniciar este camino es bueno que como catequistas nos preguntemos: ¿Qué significa para mí, catequizar? ¿Por qué soy catequista? De las respuestas de­­pen­derá en gran parte el éxito al desempeñarnos como educadores de la fe de nuest­­ros catequizandos.


Asumir la tarea de catequista significa ANIMAR un grupo de personas a crecer en la fe, AYUDARLAS a descubrir a Jesucristo a través del conocimiento doctrinal y de la experiencia. Significa TESTIMONIAR la fe de la Iglesia celebrada y vi­vi­da en los sacramentos y en la vida diaria. INICIAR un proceso de fe en la persona de Jesucristo, Evangelio del Padre y Ungido por el Espíritu, para que todos alcancemos la plenitud de la vida cristiana (Cf. CCE 4-6).


Preparar y animar un encuentro catequístico


                       (Click en la imagen)


MÉTODO

El niño en esta edad (9 a 12 años aproximadamente) busca con afán su identidad, quiere saber quién es, qué tiene y cómo ser para los otros. La catequesis debe dar respuesta a esta necesidad; por tanto, proponemos una metodología en la que el niño se sienta tocado en todo su ser.

La metodología pretende dinamizar la vida del niño desde su cuerpo: pies, ojos, boca, oídos, corazón y manos; por eso, los pasos que proponemos para cada encuentro se identifican con estas frases:

* LLEGAREMOS A LA META: (PIES) Solamente llega el que camina y sabe a dónde va (dinamismo).

*  HABLEMOS CON DIOS: (BOCA) Motivar la comunicación, el diálogo con Dios.

* ABRAMOS LOS OJOS: (OJOS) Ver, conocer, descubrir las situaciones concretas de su misma vida.

* ESCUCHEMOS A DIOS: (OÍDOS) Oír, escuchar a Dios que habla, es la comunicación viva con Dios  

* GUARDEMOS EN EL CORAZÓN: (CORAZÓN) Meditar, ir más allá y descubrir lo que nos exige Dios y la vida.

* VIVAMOS CON ALEGRÍA: (VIDA) Es el aspecto práctico, lo que pone en movimiento todo nuestro ser.

* CELEBREMOS NUESTRA FE: (ESPÍRITU) Es el aspecto espiritual, la relación profunda con Dios. Es la iniciación al silencio interior.

* NUESTRO PEQUEÑO TALLER: (MANOS) Tareas, ejercicios para realizar en casa. Medio para evaluar el grado de asimilación.

* PARA APRENDER DE MEMORIA: (CABEZA) Lo que debemos guardar, para no olvidar. “El ejercicio de la memoria es, por tanto, un elemento constitutivo de la pedagogía de la fe, desde los comienzos del cristianismo. Para superar los riesgos de una memorización mecánica, el ejercicio de la memoria ha de integrarse armónicamente entre las diversas funciones del aprendizaje, tales como la espontaneidad y la reflexión, los momentos de diálogo y de silencio, la relación oral y el trabajo escrito” (DGC, 154).

Dentro del método, el niño debe responder activamente a través de preguntas que el catequista previamente ha preparado o las que se le sugieren en el texto, pero nunca llegar a leerles del texto.  El catequista es el guía, el que orienta, el que explica con claridad, es él quien inicia un camino de fe con los niños a fin de que conozcan a Jesucristo para amarlo, celebrarlo y seguirlo, como discípulos que siguen al Maestro y luego serán sus misioneros


¡RECORDEMOS QUERIDOS CATEQUISTAS!
Del amor y la dedicación que coloquemos a esta catequesis, dependerá que los niños se entusiasmen con Jesús Eucaristía y no quieran separarse de Él jamás, convirtiéndonos de este modo en sus discípulos misioneros, dentro de la Iglesia.
Que sea entonces la Primera Eucaristía, no la única, ni la última.


Nota importante--- Catequistas, padres de familia y niños: Para seguir el desarrollo del tema hay que contar con el texto "Discípulos misioneros en Comunión con Cristo" 7a - Edición,  ya que el material presentado en este blog es solo un apoyo didáctico para el desarrollo de los encuentros (los recursos se pueden adaptar o cambiar de acuerdo al contexto en el que viven las familias). Las páginas indicadas para el avance de las tareas corresponden al texto del niño y de la niña (reimpresión de enero de 2020).  Para realizar las actividades los niños pueden involucrar a todos los miembros del hogar, promoviendo así una "catequesis familiar".

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